El camino de «Viaje a Xambala»

Grafito Editorial sorprende a propios y extraños con su nuevo proyecto: Viaje a Xambala, una novedosa propuesta de cómic infantil que reúne a 34 autores que dan rienda suelta a su imaginación y redefinen el concepto de la magia y la fantasía. Ricardo Vilbor, Roberto Corroto y Manu Gutiérrez tienen la cortesía de actuar como maestros de ceremonias en este trayecto utópico donde también han participado otros miembros de nuestra asociación como Carlos Díaz Correira, Álex Ogalla, Raule o El Torres.

Viaje a Xambala

1: ¿Cuál es la génesis de Viaje a Xambala? ¿Quiénes son sus máximos impulsores?

RICARDO: La idea es de Daniel Estorach, que puso un anuncio en el grupo de Facebook “La cantera del cómic” y que después reclutó a unos cuantos autores más por su cuenta. Él hizo la selección y redactó el pitch.

2: ¿Es Xambala un caleidoscopio de las nuevas tendencias de la historieta española?

MANU: Creo que eso lo dirá el paso del tiempo. Pienso que Viaje a Xambala es una pequeña muestra de toda la creatividad activa y latente que hay en este país, que por suerte es enorme. Lo que estoy sí estoy seguro, es que Viaje a Xambala es un grupo humano y artístico muy capaz que le ha puesto muchas ganas en conseguir sacar el proyecto adelante, con no pocas dificultades por el camino.

3: ¿Qué ha aportado cada autor a este proceso creativo coral?

RICARDO: Mucho, porque casi todo se decidió a base de encuestas. Hubo momentos muy locos en que votábamos todo, ja, ja, ja. Lo bueno es que eso nos hizo a todos sentirnos partícipes.

4: ¿Quién asume las titánicas labores de coordinación? ¿Cómo se tejió el hilo conductor compartido por cada equipo creativo? ¿Y la peculiar estética de los personajes?

RICARDO: Al principio, Estorach. Después, durante un breve espacio de tiempo (sólo para vender el proyecto), yo. Una vez firmamos con Grafito lo asumió Guillermo, el editor.

Nos repartimos los capítulos y redactamos unos argumentos. Daniel lo revisó y habló con los equipos para limar fallos o incoherencias.

La estética se decidía como he dicho antes y, a veces, alguien hacía un diseño, lo presentaba y lo votábamos. Hubo propuestas muy chulas, pero es normal por el inmenso talento de los dibujantes.

Viaje a Xambala

5: ¿Por qué decidís enmarcar vuestro proyecto dentro del cómic juvenil?

RICARDO: Eso fue una idea de Estorach. Él veía que había poca oferta para los niños o preadolescentes.

MANU: Bueno, hablar de segmentación es entrar en fronteras difusas. ¿Infantil o juvenil? No sabría decir… Hay capítulos con un toque más infantil, otros netamente juveniles y otros son un híbrido. Es una de las bondades principales de este proyecto, la variedad tanto en forma como en contenido. Y la hemos abrazado sin complejos.

6: Algunos capítulos poseen una nítida carga satírica. Otros, en cambio, son más proclives a la fantasía. ¿Esta variedad de tonos sería el principal rasgo distintivo?

RICARDO: Creo que sí, que es un viaje en toda regla. Xambala es un mundo loquísimo en el que te puede pasar cualquier cosa.

ROBERTO: R: Entiendo que el tono de cada capítulo va en consonancia con lo que cada dúo ha querido contar, y también con el estilo gráfico que se ha usado. De ahí que haya alguno más proclive a la fantasía, y otros que aprovechan el estilo del dibujante para cabalgar la ola de la sátira. La variedad en general es el principal valor que tiene Viaje a Xambala: variedad de autores, de estilos, de historias, de enfoques…

7: ¿El diseño de los distintos mundos de este reino fue previo o se nutrió de esta diversidad y se fue improvisando a tenor del deseo de cada autor?

RICARDO: Una mezcla: algunas cosas se votaron y otras las realizó cada equipo por separado con total libertad.

MANU: Hubo una línea narrativa general esbozada que implicaba una estructura clásica de tres actos, con sus puntos de giros y algunos cliffhangers. Esto hizo que algunos capítulos tuvieran algunas indicaciones argumentales para no perder la coherencia general. Y claro, para evitar fallos de raccord, los autores de capítulos adyacentes nos tuvimos que coordinar.
Fuera de lo dicho, cada autor manipuló Xambala a su antojo y eso se tradujo en las localizaciones tan dispares y ricas que se ven en el cómic.

Viaje a Xambala

8: ¿Partís del mito de Shambala? ¿Alguno de los antecedentes que lo han recreado os ha inspirado?

RICARDO: El título se votó entre una selección. Imagino que el que lo propuso (no lo recuerdo, al principio se llamaba “El viaje de X”) lo tendría en mente.

En mi caso, no, pero hay alguna historia en que esa influencia es evidente.

ROBERTO: En mi caso particular (y el de Amelia, que es mi socia de capítulo), que es por el único que puedo hablar, te diría que tampoco. Y en general, no sé si no hay más referente que el uso (modificado eso sí) del nombre. Pero vamos, el mito de Shambala, o de Shangri-La, o de cualquier territorio perdido al que no hay un acceso convencional supongo que ha sobrevolado en cuanto a la diversidad de criaturas que pueblas Xambala a lo largo de todas las historias.

9: ¿El viaje iniciático de los protagonistas cómo repercute en la psicología de Sue y Mik?

RICARDO: Mik entra siendo muy infantil y despreocupado y tiene que madurar para buscarse la vida y sobrevivir. Sue, que es más madura y responsable, debe recurrir a la imaginación e intentar dejarse llevar para encontrar a su hermano.

10: ¿Qué personajes secundarios son más destacados y por qué?

RICARDO: Los que le gusten al lector: a cada uno le hará gracia un secundario porque no se destaca a ninguno por encima del resto.

ROBERTO: Yo, en cambio, tengo que barrer para casa y destacar a Malagüero, que hace aparición en nuestro capítulo y como villano principal es uno de los personajes más esenciales de todo el tomo.

Viaje a Xambala

11: El cómic es la llave que permite acceder al mundo onírico de Xambala. ¿Tratáis de reproducir ese espíritu evasivo y nostálgico de las primeras lecturas de la infancia?

RICARDO: Sí, y de La historia interminable, Cristal oscuro…

MANU: Este cómic huele a lectura clásica, a puertas a otros mundos. A reinos de fantasía donde todo es posible, a seres imposibles. A magia, amistad y humor.

RICARDO: La idea era justamente ésa, la del cómic como un medio capaz de conseguir que viajes dentro de tu cabeza, donde no hay límites.

ROBERTO: Es una metáfora, qué duda cabe, de cómo la lectura en general, ya no solo de los cómics, te traslada sin moverte del sitio a otros mundos y culturas. Y no solo eso, sino que te hace ser una persona más preparada (esto es algo que a día de hoy todavía hay quién me rebate) en tu manera de afrontar la vida, ya no solo culturalmente hablando, sino en todos los sentidos.

12: Seguramente se trate de un mero hecho anecdótico pero, ¿por qué en las presentaciones de los capítulos aparece en primer lugar el nombre del dibujante? ¿Toque de originalidad o gesto reivindicativo?

RICARDO: Pues ni idea, pero no creo que sea reivindicativo: los guionistas no ganamos más, no tenemos más repercusión ni oprimimos a los dibujantes. O quizá sí.

13: ¿Qué valores educativos y pedagógicos nutren Xambala? ¿Os planteáis su difusión como material de fomento de lectura en los centros educativos?

RICARDO: Creo que es un cómic que se podría leer en cualquier colegio, pero que no busca educar per se, al menos yo no lo he buscado. Entretener es tan lícito como educar.

ROBERTO: Pues más allá de lo gratificante que es lanzar un título que pueda gustar a los más peques y alentarles a coger hábitos de lectura, cada historia imagino que tiene su mensaje detrás. Hay un hilo temático en cuanto a la unión fraternal de Sue y Mik claro, pero también se tocan más cosas que el valor del amor, y sobre todo la lealtad, entre hermanos. Y lo de la difusión en centros educativos siempre depende de más de una parte, en este caso, no solo es algo de que los propios autores quieran, si no de que la editorial y los centros educativos se pongan de acuerdo. Pero vamos, por querer supongo que todos estaríamos encantados.

Viaje a Xambala

14: ¿Obras juveniles como esta son ahora más prioritarias que nunca en pos de conseguir futuros lectores? ¿Es halagüeño el camino que aún le queda por recorrer a la historieta?

RICARDO: Es fundamental hacer cantera y en los últimos años estamos viendo un ascenso del cómic infantil. Espero que la cosa siga así porque los fanáticos del cómic estamos deseando regalárselos a nuestros hijos, sobrinos, primos pequeños, etc.

No lo sé, en líneas generales veo el vaso medio lleno: yo creo que vivimos un momento dulce en cuanto a calidad y variedad y esperanzador en cuanto a repercusión y aceptación. Ojalá esto se traduzca en un mayor número de ventas y todos contentos.

MANU: Una obra pensada en el público más joven es como plantar un árbol. Parece una obviedad pero pasa desapercibida en muchos estratos del mundo del cómic español: sin cómics para niños y niñas, no habría futuros lectores de cómic. Y sin esto, sería el fin de la poca industria actual. Por eso hay que plantar muchas semillas, regalarlas, cuidarlas… Porque creo firmemente que el lenguaje del cómic aún está en pañales. Que sus posibilidades narrativas son enormes. Que aún hay mucho margen de crecimiento y que nos esperan obras referentes que abrirán nuevos caminos en el sector que dignificarán la profesión. Y eso solo pueden hacerlo los futuros creadores, niños y niñas que tienen que leer cómics hoy día.

15: ¿El grupo tiene previsto ampliar y continuar el universo de Xambala en un futuro inmediato?

RICARDO: Sé que algunos quieren ampliar o contar más historias con sus personajes, pero no se ha hablado de una segunda parte todavía.

MANU: Por mi parte estaría encantado de seguir escribiendo sobre Xambala. Con los mismos personajes, con nuevos, con historias paralelas… Pero, por desgracia, creo que el futuro de Xambala lo dictarán las ventas de este tomo.

Una entrevista de Javier Mora.