A principios del año 2023, Yolanda Díaz, Vicepresidenta Segunda y Ministra de Trabajo del Gobierno de España, presentaba un amplio informe que lleva por título «Precariedad laboral y salud mental: conocimientos y políticas» en el que se establece la intrincada relación entre las condiciones socioeconómicas de los trabajadores y trabajadoras y las dolencias mentales y emocionales.
Dicho informe deja claro que a mayor precariedad mayor prevalencia de trastornos mentales, siendo el insomnio, la depresión y la ansiedad los más comunes, seguidos por diferentes tipos de trastornos obsesivos compulsivos y de la conducta alimentaria.
En España, la ansiedad y la depresión son los dos principales cuadros clínicos responsables de la carga de enfermedad de los problemas de salud mental en la población mayor de 15 años: el 5,8 por ciento tiene ansiedad crónica (1 de cada 12 mujeres, 1 de cada 28 hombres, 1 de cada 12 personas desempleadas, 1 de cada 23 personas que trabajan y 1 de cada 4 personas incapacitadas para trabajar) y el 5,3 por ciento depresión (1 de cada 14 mujeres, 1 de cada 31 hombres, 1 de cada 13 personas desempleadas, 1 de cada 40 personas que trabajan y 1 de cada 4 personas incapacitadas para trabajar). Habitualmente el sufrimiento psicosocial es delegado a un sistema de atención sanitaria que trata (y tiende a hipermedicalizar) esas condiciones de salud. España es el país que más ansiolíticos consume del mundo por habitante.
Otro factor que deja claro el informe es que hay dos aspectos determinantes que agravan la situación: la inestabilidad y la incertidumbre. La primera se entiende como la incapacidad de obtener una situación de equilibrio económico extendida en el tiempo. La segunda aparece en condiciones similares, pero también cuando estamos pendientes de una empresa o de un tercero para saber si conseguiremos o no conseguiremos un trabajo o, incluso, habiéndolo conseguido, se alargan determinados trámites que impiden llevarlo a cabo.
Volviendo una vez más a los datos recogidos en el Libro Blanco del Cómic en España, un 55 por ciento de los autores y autoras declaran haber sufrido dolencias psicológicas relacionadas con el desempeño de su profesión. De entre los que consideraron tratar ese problema, un 27 por ciento ha recibido terapia y un 19 por ciento quisieron recibirla, pero o bien no pudieron permitírsela por falta de recursos económicos o bien no encontraron el tiempo necesario para tratarse.
Problemas específicos de la industria del cómic española y su relación con la salud mental de la parte autoral
En el apartado anterior ya se expuso que la situación económica de los creadores y creadoras de cómic en España es muy grave. La gran cantidad de horas invertidas en el trabajo, el bajo rendimiento económico, la falta de protección social y cotización, y la obligación del pluriempleo generan un caldo de cultivo muy propicio para la aparición de diferentes dolencias psicólogicas y psiquiátricas.
Pero además de todo ello, también hay que sumar una serie de cuestiones habituales que inciden en la inestabilidad y la incertidumbre.
La mayoría de los proyectos publicados en España, cuando se trata de obras españolas, proviene de propuestas llegadas desde los creadores y creadoras, un 38 por ciento del total. Eso significa que deben dedicar una parte del trabajo a poner en marcha nuevos proyectos que pueden ser publicados o quedarse en nada.
Ese tiempo de creación y preparación no solo no está remunerado, sino que además muchas veces va a ser una inversión perdida por no encontrar editorial que quiera publicar el nuevo proyecto. Pero ahí no se acaban los problemas.
Incluso cuando una editorial muestra interés puede suceder que el tiempo de espera entre el momento en que se muestra dicho interés y finalmente se recibe un contrato, se emite una factura y se cobra alguna cantidad, se alargue durante varios meses.
Eso genera inestabilidad y una imposibilidad manifiesta para mantener un control sobre los ingresos, pero además ocasiona una incertidumbre mayúscula.
Los autores y autoras no saben cuándo conseguirán un nuevo contrato para hacer una nueva obra y además, si quieren mantener cierto equilibrio, deben buscarlo mientras están en proceso de hacer otra, lo que termina por añadir más carga de trabajo a una jornada en la que hay que atender a más de una responsabilidad laboral a cambio de ingresos que no permiten salir de una situación precaria.
Sobreproducción y salud mental
En el año 2023 se publicaron en España más de 4600 tebeos comerciales. Una cifra que también se superó el año anterior. Tal cantidad de publicaciones tiene un efecto directo sobre toda la cadena. La rotación de títulos obliga a las distribuidoras a mover más material, a las editoriales a producirlo y a las librerías a venderlo o devolverlo.
El ritmo en el que todo ese ciclo sucede es cada vez más alto y, en el caso de las editoriales más pequeñas, supone una gran cantidad de problemas añadidos. Uno de ellos es el empeoramiento en la capacidad de gestión. Un 62 por ciento de esas empresas están formadas por menos de cuatro trabajadores, es decir, tienen una plantilla muy reducida que debe multiplicar sus esfuerzos para tratar de mantener la cadencia que marca el mercado.
Eso afecta de manera directa a la relación con la parte autoral. La comunicación se ralentiza, los tiempos de espera aumentan en labores burocráticas, pero también en cuestiones técnicas y creativas, generando gran cantidad de tiempos muertos que, una vez más, contribuyen a generar inestabilidad e incertidumbre.
Además de esto, los tiempos de promoción se acortan debido a la gran velocidad a la que deben seguir lanzándose novedades. Las editoriales no pueden realizar campañas de larga duración o deben escoger unos pocos títulos con los que realizarlas.
En ese sentido, creadores y creadoras, observan cómo las mil horas de trabajo invertidas en la creación de la obra quedan relegadas a un olvido temprano y a una desaparición cada vez más rápida del circuito comercial provocando otras sensaciones que relacionan precariedad y salud mental en el informe presentado por la Vicepresidenta Segunda a principios del 23: la falta de cuidados y la falta de reconocimiento por el trabajo realizado.