Las serpientes ciegas

La colaboración entre Cava y Seguí se inició en 2008 con este álbum para el mercado francés que editó Dargaud. Al año siguiente, llegaron los premios: mejor guión y mejor obra del Saló del Còmic de Barcelona y el Nacional de Cómic.

Cava da un recital de guión. Este thriller parece invocar a ratos el film de Robert Siodmak, basado en un cuento homónimo de Ernest Hemingway, The Killers. Cava tiene buena parte de sus raíces culturales bien clavadas en la cultura popular estadounidense. En sus cómics aparece el jazz, las tiras de prensa, el cine clásico, el pulp, etc. Aquí, aunque la historia central transcurre en la guerra civil española, siempre hay un pie en los EUA.

Siete capítulos bien medidos. Cuatro transcurren en la Nueva York de 1939 y los otros tres son flashbacks que remiten a los tres años anteriores. Retratan diversos momentos de la guerra civil española. Cuando Ben Koch se alista en las Brigadas Internacionales, la segunda cuando llega a la Barcelona que George Orwell retrata en su “Homenaje a Cataluña” dónde la unidad revolucionaria es algo imposible de lograr y, la tercera, en el frente cuando las tropas nacionales están a la puertas de Cataluña. Diálogos muy bien compuestos que destilan una dolorosa melancolía, memoria y cuentas pendientes. Ritmo lento y un suspense bien conducido con mano firme. Cava tiene mucho de relojero concienzudo al armar sus guiones con una estructura muy meditada.

El antagonista de Ben Koch no es el hombre de rojo que tiene un aspecto completamente mefistofélico y que viene a Nueva York a cobrarse su deuda, sino Curtis Rusciano. Ambos representan los dos polos en los que se dividió y se subdividió el frente republicano durante la guerra civil. Los idealistas, que ponen los valores por delante para avanzar en pos de una sociedad más justa, y los hombres de acción, que avanzan y se abren paso aunque para ello deban pasarse por el forro los ideales que inspiran dicha sociedad sin clases. Cava identifica esta posición con la de la URSS y le da un buen rapapolvo, pues es dónde clava sus dardos más críticos.

El tema sobre el que Cava ha orientado buena parte de su obra historietística es examinar el papel que los llamados movimientos de izquierda o progresistas han jugado en la historia reciente. Aquellos movimientos sociopolíticos que tuvieron y tienen como objetivo “El sueño de emancipación de los parias”. Tanto sobre aquellos movimientos que se mantuvieron fieles a los ideales de progreso humano, como al de aquellos que los traicionaron en nombre de un bien supuestamente superior. De ambos hay ejemplos en este cómic.

Y, por último, Cava es un guionista cuyo hábitat es la historia reciente del siglo XX. En sus ficciones siempre hay una gran documentación y un conocimiento del pasado exhaustivo y bien digerido. Pero no la historia como un simple telón de fondo sobre el que transcurren historias de género aderezadas con un decorado pintoresco. Sino la historia como aquello que debemos comprender, para entender nuestro presente. La historia como aquel esqueleto al que se amoldan los músculos y los órganos que forman nuestro cuerpo presente.

Quim Pérez