Fernando Llor publica «La confesión»

Fernando Llor (Vigo, 1982) guionista y docente de guion, ha irrumpido en nuestra historieta como un torbellino creativo de máxima magnitud. No es un halago a la ligera. Desde sus inicios en 2014, su producción ha ido in crescendo con un amplio abanico de obras que destilan su amor incondicional por la cultura del tebeo: históricas, El espíritu del Escorpión (premio al mejor guionista en la Heroes Con de Valencia de 2019) o La pieza; costumbristas, Ojos grises; terror, El último día; aventuras, Nyx, los sueños de la Diosa o Teluria, 108. A todas ellas hemos de sumar su manos sabia detrás de historietas grupales como Sangre en el suelo o Las catacumbas de Salem. Un autor polifacético y de talento inagotable, enamorado de las letras y de su profesión. No en vano fue el principal impulsor del blog Escribiendo cómics, santo y seña del gremio.

Seguidamente, trataremos de desglosar los secretos de su última novedad (¡que no será la última!), La confesión junto a Román López Cabrera.

La confesión

1: ¿Cómo surge la idea de La confesión?

Todo parte de una premisa muy básica: todos tenemos secretos y muchas veces sentimos la necesidad de liberarnos de ellos, de dejarlos salir como sea porque nos oprimen. El problema llega cuando todo el mundo empieza a jugar a ese juego y la confesión de alguien es más dura de lo que somos capaces de asumir.

Esas eran las herramientas con las que quería armar una historia. El problema es que cuando empecé no tenía ni idea de qué quería hacer con ella. La mayoría de las veces pienso en un cómic, pero en esta ocasión no lo tenía claro, pensé en una novela por entregas, en una serie de relatos, un cortometraje…

Que hoy en día sea un cómic es una conjunción de buenos elementos: una editora maravillosa que confió en ello sin tan siquiera ver una página y un compañero al que podría estar halagando tanto que no tendríamos espacio suficiente.

2: Ya habías colaborado anteriormente con Román en uno de los capítulos de Sangre en el suelo. ¿Cómo definirías su estilo? ¿Encajaba con la propuesta gráfica que tenías en mente?

No tenía una propuesta gráfica en mente. Casi nunca la tengo en realidad, solo en casos muy concretos, el resto de veces me agarro a algo que creo firmemente: cualquier historia se puede contar en cualquier estilo.

En cuanto al estilo de Román ocurre algo muy curioso. Nos conocimos más o menos en 2015, congeniamos bastante rápido y empezamos a preparar propuestas juntos. Probamos primero con una historia sobre el primer campo de concentración de Europa, el de la isla de Cabrera y después con un thriller ambientado en la Francia colaboracionista y la resistance.

En esos dos proyectos se pueden ver similitudes en su estilo (aunque con acabados muy diferentes) e incluso se podría ver algo de eso también en el capítulo final de Sangre en el suelo.

Pues bien, nada de eso está en La confesión, aquí es algo completamente diferente, más sencillo en apariencia. El único comentario que puedo hacer sobre ello es: me encanta.

3: La historia arranca con un juego de confesiones de la protagonista a través de un cuaderno. ¿Compartes con ella la idea de considerar la escritura el medio adecuado para dar rienda suelta a nuestros demonios interiores? ¿Qué hay de ti en esta obra?

Sí, la escritura puede liberarnos muchas veces, tiene un efecto terapéutico y puede ayudar a soltar parte de aquello que no nos atrevemos a decir.

De mí hay bastantes cosas en La confesión. No me identifico tanto con Bárbara como con Lorena que es más de barrio que los columpios, un poco bruta y capaz de ser sarcástica en los malos momentos y en los peores.

A partir de ahí puede que también haya cosas mías un poco más inconfesables jajajajaja… parafilias varias, una crítica a nuestras máscaras sociales, interés por el hermetismo y algo que de un modo u otro siempre se cuela en lo que escribo: el eterno dilema sobre qué es lo correcto.

La confesión

4: Bárbara, la protagonista, mantiene una doble vida gracias al ciberespacio. ¿Se ha convertido internet en nuestra verdadera libreta de confesiones donde ser uno mismo? ¿Cuál es nuestra identidad real?

Internet nos está permitiendo construir una imagen de lo que queremos ser y a la vez un refugio para ser quienes en realidad somos sin ser señalados por ello. Son dos caras exageradas y fuera de todo equilibrio.

Por un lado somos esclavos en cierto modo de la dictadura de las sonrisas, hemos de ser felices, ser exitosos, demostrar valía, fuerza de voluntad, lugares maravillosos, momentos únicos e irrepetibles. Toda esa filosofía entrepeneur que antes se orientaba a tiburones de las finanzas, ahora se ha extendido a toda la sociedad hasta el punto de hacer creer a chavales de 15 años que han de construir su imagen personal y tratarla como una marca.

Por otro lado está todo lo que no queremos ver: grupos en los que se explican las mejores maneras para suicidarse, otros que te dan trucos para disimular tu bulimia, grupos fascistas, racistas, machistas, tránsfobos, venta ilegal de medicamentos, sectas… Toda una sociedad que no está a la vista. Son nuestros vecinos, la panadera, el farmacéutico, la taxista, pero no los vemos en todas sus facetas porque eso está oculto.

En cualquier caso creo que nuestra identidad real no es lo uno ni lo otro, es algo mucho más complejo, lleno de matices, el problema es cuando queremos abrazar demasiado fuerte nuestras sombras o nuestras luces.

5: El tono erótico que imprimís en ciertos momentos de la trama, ¿es una herramienta efectiva para cuestionar la hipocresía moral de nuestra sociedad? ¿El sexo sigue siendo tabú?

Desde hace un tiempo tengo la sensación de que esa hipocresía que condena ciertas actitudes va a ir desapareciendo cada vez más. Las nuevas generaciones de jóvenes tienen una libertad sexual y un conocimiento que mi generación no podía ni soñar. Y ya ni hablemos de la de mis padres o mis abuelos.

De todos modos aún queda mucho camino por recorrer en ese sentido. Mientras no entendamos que todo lo que se practique en libertad y con consentimiento en el campo sexual es maravilloso, seguiremos teniendo cuchicheos, dedos acusadores y gente con miedo a expresar lo que le gusta.

El sexo sigue siendo tabú porque seguimos empeñados en otorgar valor a quién se acuesta con quién y de qué modo prefieren follar, a si les gusta exhibirse más o menos o a qué tipo de relación quieren tener. Queremos que nos encaje en nuestros patrones morales y, si se sale un poco de ellos, preferimos escandalizarnos que aceptar que cada uno es libre de hacer lo que le venga en gana mientras no esté perjudicando a nadie.

6: ¿Podríamos calificar a Bárbara como una especie de Lolita posmoderna?

No sé si me atrevería a tanto. Bárbara tiene muy claro cómo le gusta vivir su sexualidad, más allá de que a los demás nos parezca bien, nos parezca mal o nos parezca regular. Su problema es que sabe que lo que hace sería cuestionado. Le gusta provocar y sentirse deseada, pero en un entorno seguro, con sus normas y con todo bajo su control. Algo que podría parecer tan sencillo, tan normal, no lo es.

7: En la obra tienen especial relevancia los personajes femeninos. ¿Crees haber conseguido reflejar a la nueva mujer del siglo XXI?

Uf, ahora sí que no me atrevo a afirmar algo así ni de broma jajajajajaja. Me gusta trabajar con personajes femeninos, siempre me ha gustado porque me obliga a moverme de posiciones cómodas, pero mis intenciones están muy lejos de querer dar una idea de “así son las mujeres” ni mucho menos.

Es más, cualquiera que piense que puede a través de un personaje llegar a algo similar a “así son los hombres”, “así son las mujeres” o “así son los adolescentes latinos de la primera década del siglo 21” se equivoca en sus conclusiones y falla en sus pretensiones.

Bastante tenemos con crear historias que puedan hacer pensar un poquito. Todo lo demás es pompa.

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8: Haces hincapié en la sumisión a una secta de mujeres cercanas a las protagonistas como la madre de Bárbara o su amiga Xi. ¿Has partido de algún suceso real?

No, pero sí a algo que sucede en la realidad y que comentaba antes. Cada día podemos sorprendernos simplemente abriendo un periódico, leyendo alguna web o paseando por los lugares más oscuros de las redes sociales.

Aparecen asesinos, psicópatas, sociópatas. Tramas organizadas para abusar de menores en las altas esferas, en la iglesia. Cultos a gurús espirituales. Supuestos coaches emocionales que envuelven a sus víctimas en cadenas de favores sexuales.

Y todo eso está ahí. En tu bloque y en el mío. Esa gente compra tomates en la misma frutería que tú y que yo. Puede haber gente más escondida que otra, pero también están a nuestro lado, en las administraciones, en los hospitales, en los colegios, yendo en bus y en metro.

Cualquiera puede tener un trauma, un suceso fuerte que le haga bajar ciertas defensas racionales y emocionales y acabar cayendo en un grupo que te acoge, que te entiende, que comparte tu dolor y que te va a ayudar a sanar tus heridas. Puedes pensar que a ti no te va a pasar, pero eso es algo que nunca se sabe.

9: Junto al “Eros”, presentas también la vertiente “thanática”, destructiva, de la pasión: la violencia. ¿Son la cara de la misma moneda?

Son instintos fundamentales que reprimimos en mayor o menor medida y por eso comparten algunas similitudes. Por momentos podemos dar rienda suelta a un lado o al otro y se monta el follón.

En La confesión están ambas, sobre todo en el personaje de Apolo que al no gestionar el Eros se deja caer en el Thanatos jejejeje.

10: Tras la presentación de estos elementos a lo largo de la obra, ¿de qué te sientes más satisfecho? ¿De haber ofrecido un retrato certero del alma de nuestra sociedad o de hilvanar elementos tan dispares?

Difícil pregunta. Me siento orgulloso de haber creado algo que puede animar a una reflexión por pequeña que sea. Si hay algo que alimente mis ganas de escribir es que alguien pueda decirme: “me hizo pensar sobre X”. De momento aun no sé si lo he conseguido o no, pero espero que así sea.

11: La confesión presenta una estética muy ecléctica que, en la parte gráfica, mezcla un estilo cómic book con las inocentes impresiones manga de Bárbara. ¿Queríais suavizar así la crudeza del relato?

Era un manera de mostrar que Bárbara, aun teniendo un lado muy adulto y consciente para tomar algunas decisiones, también tiene una parte inocente y aniñada, con muchas inseguridades y más dudas que certezas.

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12: Tus diálogos son ágiles y frescos. Poseen una extraordinaria naturalidad. A tenor de otras de tus obras, ¿crees que es tu sello distintivo, tu principal virtud?

Antes que nada, gracias.

Me gusta mucho dialogar y, sobre todo, articular muy bien cómo reaccionan los personajes a las palabras de los demás, me gusta que se interrumpan, que hablen en movimiento, que no esperen su turno y que practiquen la escucha activa.

Dentro de que al escribir ya firmamos un acuerdo invisible con el lector sabiendo que lo que le vamos a mostrar no es una forma real de hablar, sí que considero muy importante que haya naturalidad, ritmo, cadencia…

13: ¿Cómo conformas e ideas la particular psique de tus personajes? ¿Algún truco inconfesable?

Muchas veces utilizo bases reales, personajes que parten de gente que conozco o que conocí en algún momento determinado de mi vida.

Eso me ofrece materia prima de gran calidad para construir en base a dos conceptos clave: empatía y verosimilitud. Algunas veces lo consigo y otras pincho, pero no seré yo el que te diga dónde jajajajaja.

14: ¿Qué aspecto destacarías en tu colaboración con Román? ¿Qué ha sido lo más placentero del proceso creativo?

Todos.

Nos entendemos, nos respetamos, nos valoramos, queremos trabajar juntos, nos llevamos bien. Lee perfectamente lo que le mando, sabe plasmarlo, trabaja a una velocidad que ríete tú del Delorean, ha conseguido hacer suyos los personajes y la historia…

Para mí trabajar con Román es un bálsamo, un oasis de paz, calma y confianza ciega porque sé perfectamente que el resultado me va a encantar, que va a cumplir con los plazos (de hecho él cumple escrupulosamente con los plazos y yo soy un desastre) y que va a hacer todo lo que esté en su mano por defender la obra. Es un fuera de serie y el tiempo (además poco tiempo) lo demostrará.

La confesión

15: ¿Cuáles son tus proyectos de futuro? ¿Continuaréis las aventuras de Bárbara?

Mi proyecto de futuro principal es descansar jajajajaja. Ahora mismo estoy en la producción de un proyecto que va a hacer mucho ruido: Subnormal, una historia de acoso escolar con Miguel Porto para Panini; una historia de ciencia ficción costumbrista: Humor artificial con Miguel Ángel Hernández para Dolmen; un álbum sobre los últimos de Filipinas con Raúl Orte y Jorge Hov para Cascaborra; una comedia con tintes absurdos: Plot Point con Esteban Hernández para Nuevo Nueve y Retranca Editora; otra de ciencia ficción con un componente más psicológico: Useless con Ramiro Borrallo para Sallybooks; y también con una visión muy diferente en crónica negra de Romasanta con Pedro Camello también para Dolmen.

Eso es lo que está comprometido además de Korubaku, con Alex Muñoz, que ya lo hemos terminado y seguramente sea novedad en Francia coincidiendo con el festival de Angoulême.

En total son 7 títulos entre lo que queda de 2019 y 2020 y 17 cómics desde que arranqué en 2014. Así que estoy un poco agotado.

Aún estoy montando algunas cosas, pero con mucha menos intensidad que antes, estoy preparando un fanzine muy gamberro recuperando el personaje de Octobriana y dos o tres proyectos más, pero quiero parar un tiempo y probar en otros campos, sobre todo el de la literatura y el audiovisual.

Una entrevista de Javier Mora.