Saldos ilegales en Malpaso: la respuesta de ARGH!

Hace tan solo unos días, contábamos el escándalo que la editorial Malpaso está protagonizando al saldar de forma ilegal una gran cantidad de títulos de sus sello Dibbuks.

Malpaso ha querido responder a nuestra publicación a través de un comunicado con una argumentación más que cuestionable y unas formas que parecen extraídas del peor de los folletines.

Tampoco vamos a entrar a hacer un desglose punto por punto, pero sí que es importante dejar claras unas cuantas cosas.

Empecemos:

Ante el revuelo causado por la exitosa campaña comercial denominada «Los Ofertones», llevada a cabo por nuestra librería

La librería de Malpaso ya no existe. Es cierto que tuvo actividad en Barcelona, pero lleva ya un tiempo cerrada de forma permanente. Es más, la dirección física que figuraba en la página de “ofertones” de Malpaso era: Carrer de Girona, 59, Barcelona, aunque en los últimos días esa información “desapareció” de su espacio virtual.

Pero ¿qué hay en esa dirección? Pues un restaurante llamado Malpaso Antojitos Mexicanos. Además, esa es la misma dirección que sale reflejada en sus envíos si se hace cualquier pedido a esa web.

¿Es una librería? ¿Es un restaurante? ¿Es una página web de la editorial con una tienda? ¿Se le aplica la ley de la lectura y del libro a los restaurantes que envían cómics?

1. La idea de la campaña consiste en ofrecer a nuestros lectores libros a precios atractivos sin perjudicar a sus autores.

Insistimos en el mismo mensaje de nuestro primer escrito: saltarse una ley, haciendo un uso retorcido de otra, no solo perjudica a los autores, perjudica a toda la cadena del libro.

3. En diciembre de 2020 UDL, la empresa con la que tenemos vigente un contrato de distribución exclusiva, se puso en contacto con nosotros y les expusimos los argumentos de índole comercial y legal correspondientes. Su respuesta fue invitarnos a cancelarla, pero convencidos de estar haciendo lo correcto seguimos adelante con nuestro proyecto comercial.

Malpaso asegura varias veces haber consultado con terceros asuntos relativos al lanzamiento de su campaña, en todas ellas les desaconsejaron hacerlo, sin embargo deciden seguir adelante desoyendo incluso a una empresa con la que tienen firmado un contrato exclusivo.

no son los sellos quienes hacen la campaña, sino nuestra librería, que lleva operando desde 2016.

No es una librería, es una web de la editorial con tienda online. La librería está cerrada y los pedidos llegan a través de un restaurante.

6. Hemos consultado nuevamente al Gremi acerca de los cuestionamientos que nos han planteado diversos actores en la industria. Nos han informado, el día de ayer, que después de pedir la opinión de los servicios jurídicos de la Generalitat de Catalunya, es la opinión de ambos (Gremi y Generalitat) que aunque la ley prevé la posibilidad de que una librería ofrezca descuentos en libros que tienen más de dos años de editados y más de seis meses ofrecidos por la librería, el espíritu de la ley y el consenso dentro del Gremi es hacerlo una vez que los libros se han descatalogado por el editor.

Nos alegra comprobar que los servicios jurídicos y el Gremi de Llibreters abogan por respetar y cumplir las leyes y lo recomiendan a los demás.

7. Nuestra posición es transparente: vamos a resolver este asunto con una actitud constructiva; primero rectificando a partir de la interpretación que hacen de la Ley el Gremi y los servicios jurídicos de la Generalitat de Catalunya; en segundo lugar ajustando la idea de la campaña bajo los nuevos supuestos («Ofertones» de libros descatalogados), previo cumplimiento por parte de las editoriales de lo previsto en la Ley del Libro y en la Ley de Propiedad Intelectual para la descatalogación de un libro.

Parece sensato empezar a cumplir las leyes, sin embargo lo deseable siempre es que todos los agentes de la industria lo hagan sin que tenga que venir nadie a recordarles que no se deben retorcer para ver de qué manera se puede sacar partido a situaciones abusivas.

Es cierto que no informamos a los autores previamente, toda vez que creímos que recibirían con satisfacción la noticia.

Los autores y autoras suelen recibir con mucha satisfacción que las editoriales les informen acerca de cualquier movimiento que se vaya a realizar con sus obras, especialmente cuando no ofrecer esa información vulnera varios apartados de la Ley de Propiedad Intelectual.

A nuestros críticos, antagonistas y adversarios les agradecemos, como siempre, el interés que muestran por nosotros y les recordamos que es muy difícil derrotar a alguien que no se da por vencido.

Reducir todo este asunto a una especie de lucha de buenos y malos es ridículo y vergonzoso a partes iguales, nos llega con que se cumplan las leyes, se respeten los contratos, se pague lo debido y se reparen los daños causados.