«María la Jabalina» de Miguel Á. Giner Bou

Miguel Á. Giner Bou (Benetússer, València, 1969), licenciado por la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia (UPV) en la especialidad de Dibujo, es uno de los guionistas más reputados y relevantes de la historieta española del siglo XXI. Poseedor de una prosa lírica y precisa, de un sentido dinámico y ágil de la secuencia, comienza su trayectoria profesional en 1993 en LaGRUAestudio, el estudio que comparte junto a su compañera Cristina Durán. Aunque ha realizado diversas colaboraciones junto a dibujantes de la talla de Núria Tamarit, Xulia Vicente y Susanna Martín (Anna Dédalus detective. El misterio de la mansión quemada, Andana, 2015, Anna Dédalus detective. La paradoja Fermi, Andana, 2019, Ofensiva final, Dolmen, 2020 y Anna Dédalus detective. El misterio de la montaña muerta, Andana, 2022) e incluso ha realizado historias cortas en diversos medios (Usted está aquí, Arròs negre y Cómic 21), son sus colaboraciones con Cristina Durán las más reconocidas, destacando Una posibilidad entre mil (Sins entido, 2009), La máquina de Efrén (Sins entido, 2012) ambos recopilados en el integral Una posibilidad (Astiberri, 2017), Cuando no sabes qué decir (Salamandra Graphic, 2015) y sobre todo, El día 3 (Astiberri, 2018) en colaboración también con Laura Ballester. Poseedor de varios premios y nominaciones (el premio de la Cartelera Turia, el Flash Back , la Insignia de Plata de la Cultura del Ayuntamiento de Benetússer, accésit en Francia en el primer trofeo Les BDs qui font la différence), es esta última obra la más exitosa de su trayectoria habiendo obtenido los premios Ciutat de Palma de Cómic, el de mejor obra nacional en los VIII Premios del Cómic Aragonés, al mejor guion en el Festival Splash Sagunt y más recientemente, el Premio Nacional del Cómic 2019 concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte.

Hoy junto a Miguel Ángel repasamos la génesis, trayectoria y repercusión de María la Jabalina su nueva obra junto a Cristina Durán publicada por Astiberri, donde reconstruyen el injusto juicio que condenó a la militante republicana.

María la Jabalina

1: ¿Cómo nace un proyecto tan necesario como “María la Jabalina”?

El proyecto es un encargo del Ayuntamiento de Sagunto, de la Concejalía de Memoria Histórica y Democrática. Realmente me llaman para que yo proponga un guionista que pueda realizar el encargo, pero cuando me llega el material, una sinopsis detallada de un documental que iba a realizar Robert Arnau sobre la joven libertaria, me enamoré del personaje y de la historia. Así que no pasó más allá de mis manos. Y como Cristina estaba muy al inicio de un proyecto propio, le propuse dibujarlo. Cuando respondí al Ayuntamiento para decirles que nos lo quedábamos nosotros pude oír las palmas de alegría al fondo, ja, ja.

2: ¿Qué representa María? ¿Por qué su historia merece ser rescatada del olvido?

María es un icono, una figura que representa muchas mujeres que han vivido lo mismo, o algo semejante, a lo largo de la oscura represión franquista. Porque a ella le pasó de todo: herida en la guerra, acusada falsamente, cárceles, bebé robado y fusilamiento, ¡todo! A mí me gusta decir que la Historia le pasó por encima.
Y merece ser rescatada precisamente para no olvidar cómo se ensañaron los represores con los vencidos. Saber hasta qué puntos de crueldad llegaron. Por otra parte, toda narración que sea histórica debe de tener un reflejo en la sociedad actual, debe ser una especie de espejo donde mirar la sociedad en que vivimos. Con el renacer de los neofascismos en todo el mundo, y su correspondiente blanqueo por parte de los medios de comunicación, es necesario, desde nuestra posición, dar voz e invitar a la reflexión, avisar del peligro que supone que estas ideologías se estén tomando tan a la ligera.

3: ¿España es respetuosa con su memoria histórica? ¿Por qué algunos se empeñan en querer olvidar?

Evidentemente que no. Hasta que no se abra hasta la última fosa y se puedan reconocer y enterrar dignamente a las víctimas no se cerrarán las heridas. Como dice Paco Roca en la contra, las heridas no se cierran simplemente no hablando de ellas.
Y claro, los que quieren olvidar son los descendientes directos, o políticos, de los que hicieron aquellas barbaridades. A nadie le gusta que le saquen los trapos sucios. Tuvimos la oportunidad de hacer como en Alemania y haber puesto leyes que no exaltaran el fascismo, pero no fue así. Entiendo que el equilibrio que se tuvo que hacer en la transición fue muy complejo y bueno, se perdió una oportunidad de haber sido un país más democrático.

4: ¿Cómo se concretó el proceso de documentación? ¿Cuáles han sido vuestras fuentes de referencia?

Por suerte, de María y de la época hay bastante documentación. Para empezar, el libro Una miliciana en la columna de hierro de Manuel Girona, libro de referencia para contextualizar la vida de María en el Puerto de Sagunto. Manuel ha hecho un trabajo de investigación de la joven libertaria exhaustivo y profundo que ha sido la base de nuestro trabajo. Luego están el documental no acabado de Robert Arnau; la obra de teatro de La Hongaresa; el libro de ficción Si me llegas a olvidar de Rosana Corral-Márquez; el archivo fotográfico de León, un porteño que se dedicó a fotografiar El Puerto en aquella época que puedes imaginar lo mucho que nos ha servido a nivel gráfico; y también el archivo fotográfico de Barberá Masip que se dedicó a fotografiar la ciudad de Valencia durante la República. La mayoría de imágenes del Hospital Provincial están sacadas de su archivo. También nos desplazamos a los lugares que creíamos que debíamos visitar para acabar de contextualizar el trabajo: el muro de Paterna, la tumba de María o la plaza de La Puebla de Valverde.

María la Jabalina

5: ¿Hasta qué punto se implicó la familia de María en el relato?

Pues pudimos contactar con la familia de Carmen, la hermana pequeña de María. Con ella no hablamos porque está muy mayor y nos dijeron que no recuerda prácticamente nada. Pudimos hablar con su hijo, Miguel, y su mujer MariCarmen, que nos aportaron mucha información indispensable a la hora de definir al personaje.

6: ¿Cómo es posible conjugar biografía histórica y narrativa?

Para mí, lo primero de todo es el personaje, siempre los personajes. Definirlo bien y saber hacia dónde quieres que vaya, saber cuál es su motivación y qué le impide conseguir lo que quiere conseguir. Reflexionando sobre el personaje de María me he dado cuenta de que mis personajes siempre son iguales: personas normales que se ven sobrepasadas por una situación que les viene de fuera y para la que no están preparadas. Su motivación es querer restablecer la tranquilidad en que vivían. Poco a poco se van dando cuenta de que es imposible y pasan a ser personajes que aceptan esa nueva realidad y que luchan por mantener una dignidad lo mayor posible dentro de esa odisea en donde se han visto sumergidos. Los padres de Una posibilidad, las familias de El día 3 o María La Jabalina no están muy alejados entre sí, al fin y al cabo, son personas haciendo lo imposible para luchar contra la adversidad. Dicho esto, una vez el personaje lo tienes definido hay que encuadrarlo en un contexto histórico como es el movimiento obrero de El Puerto de Sagunto de principios de siglo XX y la posterior Guerra Civil. Para mí es imprescindible contextualizar muy bien dónde se van a mover esos personajes, dónde van a cobrar vida. El equilibrio entre dar demasiada información, y que el lector se aleje demasiado de la trama, y quedarte corto por miedo a ser pesado es uno de los misterios insondables de la narrativa.

7: ¿Qué distingue a la María real, víctima de la crueldad franquista, del personaje? ¿Fue ante todo una buena persona que luchó por la libertad?

De la María real tenemos muy poca información más allá de lo que nos han contado la familia y los vecinos, y los hechos recogidos en el sumario del juicio. Manuel Girona comenta que se animó a investigar y a escribir sobre ella porque en el sumario se decía que era una violenta radical asesina comedora de orejas de curas y, sin embargo, en el pueblo todo el mundo decía que era un amor de persona querida por todo el mundo (para intentar que no la fusilaran se recogieron un buen montón de cartas que hablaban de su buen hacer, muchas de ellas de personas de la falange o de las JONS nada sospechosas delante del régimen fascista). Ese contraste fue el punto de partida también de la creación del personaje.

8: ¿Cómo defines el trabajo con Cristina? ¿Has realizado guion técnico o directamente discutís las escenas y pasáis al storyboard?

Para mí, el trabajo de Cristina en este libro es espectacular, se ha superado a sí misma. Cristina (y yo también) trabaja mucho sobre las metáforas visuales pero en este relato vimos enseguida que no entraban dentro del tono de la historia (el tono de una historia, eso tan difícil de definir y de encontrar), así que sufrió un bloqueo importante al inicio. Cuando uno tiene un bloqueo lo mejor es consumir y buscar qué están haciendo otros autores o autoras. Hablamos un día de Garafía, de Elías Taño, y fue el elemento clave que la desbloqueó. Las perspectivas rotas, las desproporciones de los personajes, jugar con la composición de las viñetas, la planitud en algunos momentos, ese tipo de recursos le ayudaron a desbloquearse. El resultado son algunas páginas (la radio con La Pasionaria sonando en las ventanas, los guardias civiles llevándosela, el paseo para ridiculizarla, la monja que se lleva al bebé, el fusilamiento…) de una fuerza increíble que es precisamente lo que necesitaba la historia.
En este caso hemos probado una cosa muy rara que no habíamos hecho nunca. Normalmente hago yo el storyboard y ella dibuja a partir del mismo. Pero esta vez Cris no quería nada dibujado, así que es un storyboard en donde dentro de las viñetas está la descripción de lo que tenía que dibujar: “plano medio de la madre mirando a María”; o “los guardias civiles se la llevan mientras la familia al fondo los ve marchar sin poder hacer nada”, casi todo así. Digo “casi todo” porque algunas escenas que tenía muy claro cómo tenían que ir, sí hice las indicaciones. Por ejemplo el momento en que la hieren, sí que le dibujé el story.

María la Jabalina

9: ¿Vuestro mayor temor era caer en una simplificación maniquea de los hechos?

Sí, es un temor que tenemos siempre que hacemos trabajos de tan marcado signo político. No queríamos manipular los hechos para hacer parecer que unos eran muy buenos y otros muy malos, no nos gustan las historias simples donde claramente unos son blancos y puros y otros negros e impuros. Hemos mostrado al inicio hechos perpetrados por ambos bandos para poner en contexto el ambiente de extremada tensión que se respiraba en Sagunto. Hechos que pensamos incitaron a María a tomar la decisión de alistarse para defender la democracia y la libertad, dejando muy claro también qué bando fue el que dio el golpe de estado y se ensañó después cruelmente con los vencidos, especialmente con las mujeres. Tampoco me interesa convencer a los convencidos, me interesa más un público que no sabe nada de María y que entra en la historia y se deja coger de la mano para hacer ese viaje con nosotros. Si de paso descubre hechos que desconocía, me parece que la obra está funcionando.

10: ¿Creéis que vuestra denuncia a la farsa judicial que supuso su condena tendrá repercusión en este país donde la extrema derecha y el conservadurismo siguen acampando a sus anchas?

Es muy difícil que un cómic o un libro tenga tanta repercusión como para hacer temblar los cimientos del poder de este país. Los índices de lectura son los que son y la cultura tiene una influencia mínima en el inconsciente colectivo. Como decía Espotorno, somos una pequeña lluvia fina que poco a poco va calando, no provocará grandes cambios, pero va haciendo su camino. Al final, si somos muchos y no desfallecemos, acabaremos por empapar la sociedad.

María la Jabalina

11: ¿Cómo consigues esa soltura en tus diálogos? ¿Es mejor decir más con menos?

En cómic es imprescindible decir más con menos. Los diálogos hay que trabajarlos mucho y, aún así, hay gente que le salen espontáneos y hay gente que le quedan agarrotados, otro de los misterios de la narrativa. En toda mi obra hay detrás una fuerte influencia de la música (mi hermano es compositor y pianista), una musicalidad y unos ritmos internos que el lector igual no percibe pero que están ahí. Me puedo pasar horas o días rehaciendo diálogos hasta que encuentro la palabra o frase exacta que define todo lo que quiero indicar en esa escena. Todo esto tiene mucho que ver con mi pasión por la poesía y, sobre todo, por los cantautores pues es un proceso muy parecido (aunque el suyo es mucho más complejo).

12: ¿Cuál ha sido la secuencia más compleja de encarar?

Para mí, el juicio final. En la vida real fueron muchos juicios y durante bastantes meses, pero si lo ponía tal cual, el lector se habría perdido y se habría aburrido, algo que siempre intento evitar en mis historias (“no aburrir jamás” decía Billy Wilder). Así que tuve que ver cómo conseguía ser fiel a los hechos y construirlo de una forma narrativa ágil. Para Cristina la escena en que peor lo pasó fue con la de El Rebollo con el diputado.

13: ¿Qué destacarías del arte de Cristina? ¿Cómo consigue plasmar con tanta naturalidad a sus personajes?

Cristina es una profesional que lleva 30 años trabajando. Ha pasado por intercaladora en animación, ilustradora de libros de texto y álbumes infantiles, cartelería, publicidad, diseño… tiene muchísimo oficio y sabe muy bien captar la esencia de los personajes y la importancia que tiene una mirada, un gesto con las manos o con el cuerpo o, simplemente, una silla de la cocina. Todo eso está en cada imagen que hace y en cada “actuación” de cada personaje, sea principal o secundario. Solo hay que fijarse en la imagen del entierro de Manolita: cada persona que sale en ese dibujo tiene entidad propia.

14: En María has acometido también labores de colorista. ¿Te costó encontrar los tonos de color adecuados a la obra?

Pues sí, me costó mucho, la verdad, le doy mucha importancia al color narrativo. Al principio era todo más colorido y no encajaba en el tono de la historia (otra vez el tono). Así que empecé a reducir la paleta drásticamente entonando las escenas con el predominio de un único color y con muy pocos colores alrededor. Durante este proceso se me ocurrió la idea de hacer que conforme avanzaba la historia el color se fuera perdiendo, se fuera agrisando. Se lo comenté a Cris y le encantó la idea. En el estudio tenemos un protocolo de actuación por si hay crisis: la última palabra, si es discusión sobre la narrativa, es mía. Si es sobre la parte gráfica, es de Cristina. Aprovecho para contar un detalle de esos que tanto nos gusta poner y que es muy posible que nadie recaiga en ellos. Cada vez que en el cómic alguien toca el color naranja, muere o va a morir en páginas futuras. En el mercado la madre tiene en la mano una naranja; hay un momento que la madre le pasa a María una taza con ese color; o la cartera que lleva el diputado, así como las explosiones, el fuego…

María la Jabalina

15: ¿Qué diferencia a este obra con respecto a las anteriores?

Es la primera vez que tratamos el conflicto de la Guerra Civil. Le teníamos mucho respeto y teníamos miedo de no saber enfocarlo bien. Por otro lado, el tipo de personaje, como decía más arriba, sí que es lugar común nuestro.

16: ¿Proyectos de futuro?

Pues justo en estos momentos estoy acabando el 4º volumen de la niña detective Anna Dédalus (con dibujos de Susanna Martín); estoy haciendo, con Rubén Gil, un cómic sobre un conocido crimen que hubo en Valencia que saldrá, esperamos, a finales de 2024. Tengo un cómic de robots con guion y dibujos míos que saldrá este otoño: Robot inocent; y me he embarcado en otro cómic de robots también dibujado por mí que es una versión cibernética de De ratones y hombres que acabo de empezar y que, como dibujo muy lento, espero tenerlo acabado allá por el 2025. De momento tengo el guion, el story y la primera escena acabados.

Una entrevista de Javier Mora