El cómic es arte

El cómic es arte y es cultura. Es, además, un arte completo, no es ni una puerta de entrada ni una herramienta para mejorar la comprensión lectora ni tampoco algo dirigido solo a jóvenes.

El cómic tiene una capacidad inigualable para contar cualquier tipo de historia con un lenguaje que no solo es único sino que además incorpora de manera natural imágenes y texto, convirtiéndolo en una de las expresiones artísticas más popular y más acorde con nuestros días.

El cómic no es literatura. No es la rama pobre de ningún otro lenguaje, tiene entidad propia y debería obtener una consideración igualitaria por parte de todas las administraciones y representantes.

Escuchar a uno de estos representantes despreciando al cómic no es nuevo, es algo que llevamos sufriendo durante décadas. En los tiempos en los que el cómic se utiliza como materia prima para cientos de adaptaciones a otras artes, cuando se ha normalizado su presencia en los museos de todo el país o cuando entra cada vez con más fuerza en las bibliotecas, seguimos soportando exabruptos que se sueltan en sesiones parlamentarias con la única excusa de atizar al adversario menospreciando una medida u otra.

Por favor, sáquennos de sus trifulcas, el cómic puede ser muchas cosas, pero es demasiado sonrojante que se emplee como arma arrojadiza en discursos poco meditados y que solo demuestran la ignorancia de quien los enarbola.

Súmense al apoyo al cómic que hace tan solo unos meses parecía unir a todos los grupos parlamentarios y déjennos fuera del debate si no es para anunciar las ayudas y la consideración que tanto necesitamos.

La precariedad que sufrimos autores y autoras de cómic ya es suficiente como para sumarle humillaciones surgidas de otros ámbitos. Por respeto, por dignidad y por evitarse la vergüenza ajena, dejen las discusiones sin sentido a un lado y apoyen a un sector cultural que tanto lo requiere y lo merece.

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